BUENOS AIRES.- El empresario José María Núñez Carmona, amigo y socio del vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, pidió ayer que se deje sin efecto la decisión del juez federal Ariel Lijo de aceptar al empresario Nicolás Ciccone como querellante en la causa en la que se investiga al titular del Senado de la Nación.
Núñez Carmona, a través de su abogado Diego Pirota, presentó una “excepción de falta de acción” para que se revoque el rol de querellante de Ciccone, por considerar que, con anterioridad, fue imputado por el fiscal de la causa, Jorge Di Lello. Con su rol de querellante, los Ciccone podrán acceder a la causa y solicitar medidas. Además, este rol de damnificado legitima los reclamos de dinero, planteados en la justicia comercial y contencioso administrativo.
“Así llegamos al paradójico estadío en el que, aquél imputado, convertido luego en una víctima atemorizada, ahora logra ser un querellante que supuestamente ‘busca justicia’…”, sostuvo irónicamente Pirota en su presentación.
La defensa de Núñez Carmona objetó que tanto Nicolás Ciccone, como su hija Olga Ciccone y su yerno Guillermo Reinwick hayan declarado como testigos en la causa, cuando habían sido imputados por el fiscal por formar, supuestamente, parte de la maniobra que se investiga en el expediente.
Nicolás Ciccone y Reinwick complicaron con su testimonio a Boudou, al señalar que el vicepresidente se interesó en levantar la quiebra de la empresa fabricantes de billetes y de bonos y títulos públicos, y les dijo que hablarán del tema y continuaran las negociaciones con Núñez Carmona.
Reinwick fue el intermediario en las negociaciones con Núñez Carmona, para inyectar capital en la ex Ciccone, a cambio de que el vicepresidente se quedara con el 70% de la imprenta, según dijeron en su declaración ante el juez.
Nicolás Ciccone relató que su hermano Héctor Ciccone negoció con Núñez Carmona que le pagaran U$S 50.000 por mes, a cada uno de los dos -y de morir ellos, a sus familias- a cambio de la entrega de la imprenta.
Éste es el eje de otro reclamo que presentó el abogado Pirota, cuando pidió la nulidad de los testimonios de los Ciccone y de Reinwick. El juez Lijo le dio vista al fiscal Di Lello para que opine si los testimonios son nulos. A pesar de que Di Lello se opuso a que los Ciccone y Reinwick sean testigos, dictaminó que las declaraciones son válidas porque la ley impide declarar contra sí mismo.
Boudou está acusado de haberse interesado de manera indebida en el levantamiento de la quiebra de la empresa Ciccone, que terminó a cargo de “The Old Fund”, una compañía de Alejandro Vandenbroele, a quien su ex mujer señala como “el testaferro” de Boudou.
Viaje a Uruguay
La justicia uruguaya citó a declarar a Vandenbroele, quien deberá presentarse a declarar el 4 de febrero ante el juez en lo Penal Especializado en Crimen Organizado Néstor Valetti, quien ya había ordenado congelar las cuentas bancarias de una sociedad bajo control del abogado en ese país. La justicia uruguaya sospecha de la sociedad Dusbel, en la que Vandenbroele figura como “beneficiario final”, según consta en documentos oficiales de ese país que obtuvo “La Nación”. (DyN-lanacion.com-infobae.com)